Varios empresarios han destacado hoy los beneficios sociales y económicos que genera la planta jatropha curcas, utilizada para elaborar jabones o de biodiesel, en las zonas rurales donde se cultiva, principalmente en países latinoamericanos y africanos, de clima tropical.
Así lo han puesto de manifiesto hoy en Madrid durante la II Conferencia Monográfica sobre Jatropha Curcas, organizada por Global Energy y en la que hasta mañana empresarios y expertos de distintos países debatirán la producción y perspectivas económicas y de investigación de este arbusto utilizado como materia prima para la fabricación de biodiesel.
El fundador y presidente de la empresa consultora Baganí, Reinhard Henning, ha hecho hincapié en el potencial de este arbusto como productor de aceite, así como su función contra la erosión del suelo y su papel en la reforestación y como fuente de ingresos para los habitantes de las zonas rurales donde se cultiva.
Ha explicado que se trata de una planta que crece en suelos difíciles y que para que sea productiva, al igual que otras, necesita agua, fertilizantes y 'una buena genética de base'.
Ha considerado necesario esperar para conocer los resultados que reporta conforme a su rendimiento e integrarla en la investigación de las grandes operadoras y ha asegurado que su cultivo en las zonas mediterráneas no es del todo factible, ya que muchas zonas próximas al mar llegan a registrar temperaturas muy bajas y se trata de un cultivo tropical.
Sin embargo, ha añadido que a diez años vista podría crecer en muchos casos en determinadas zonas, como es el caso de Andalucía, aunque la producción obtenida sería muy baja.
El presidente de Global Energy Trading Company (Getco), James Fanning, ha apostado por aprovechar los recursos que ofrecen determinadas zonas rurales para el cultivo de Jatropha Curcas, por su clima, por ser áreas amplias y por sus recursos humanos, si bien ha subrayado que hay que ser sensibles al bienestar social de las localidades para que los proyectos tengan éxito.
Ha explicado los proyectos que estudia su empresa sobre el cultivo de este planta en Colombia y Perú y ha detallado que para los primeros cuatro años, sin contar el precio del terreno, calcula una inversión aproximada de cinco millones de dólares, cifra que aumentaría a siete millones incluyendo el desarrollo social de las comunidades.
Ha explicado que este tipo de materias no compiten con las utilizadas con fines alimentarios y ha destacado los beneficios de las mismas en las comunidades donde se instauran, por su generación de empleo y nivel salarial.
El aceite de semilla, como fuente de energía, se usó en motores en África durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que esta variedad de jatropha ya se cultivaba durante el siglo XIX en Cabo Verde, exportándola posteriormente a Portugal para producir jabones de calidad.
Según los datos facilitados por Global Energy, las semillas enteras contienen un 26% de aceite y las descascaradas y frescas alrededor del 37% y su producción al sexto año puede llegar a 12.000 kilogramos por hectárea de semillas y 5.520 kilogramos de aceite.
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