Se necesitan políticas adecuadas para impulsar el desarrollo de los biocombustibles

| jueves, 17 de enero de 2008

Sin las políticas adecuadas que impulsen su desarrollo, los biocombustibles no disminuirán significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y podrían ser dañinas para el medio ambiente, se advierte en un informe de la Royal Society del Reino Unido.

En el informe «Biocombustibles sostenibles: perspectivas y retos» se indica que los biocombustibles tienen una función que cumplir en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y hay un gran margen para mejorar su rendimiento general. No obstante, se necesitan mayores incentivos para que se logre materializar el potencial de estos combustibles.

El estudio cuestiona la Directiva sobre biocombustibles de la UE para centrarse en metas relacionadas con la oferta (el 5% del suministro de combustibles debe provenir de biocombustibles antes de 2010, y el 10% de cara a 2020). Asimismo, sostiene que tales metas no constituyen un incentivo directo para invertir en sistemas que proporcionen combustibles bajos en gases de efecto invernadero ni mayores beneficios medioambientales, sociales y económicos. Según los autores, sería una opción mejor fijar metas para la reducción de los gases de efecto invernadero.

«Esto ayudaría a fomentar la mejora de los combustibles existentes y a acelerar el desarrollo de otros nuevos», explicó el profesor John Pickett, director del estudio. «Sin un objetivo concreto corremos el riesgo de perder oportunidades importantes de fomentar innovaciones emocionantes que nos ayuden a disminuir nuestra demanda, cada vez mayor, para el transporte.»

La Royal Society subraya también que los biocarburantes por sí solos no pueden conformar un sistema de transporte sostenible. En realidad es necesario combinarlos con otros avances tales como el diseño de vehículos y motores, el transporte público, la fijación de tarifas de congestión (congestion pricing), la planificación urbana y rural y políticas que fomenten el cambio de conductas.

Otra recomendación está relacionada con las incertidumbres sociales, económicas y medioambientales asociadas a los biocombustibles. «En particular, es necesario precisar con una ciencia sólida el potencial de disminución de los gases de efecto invernadero de los biocarburantes», se lee en el informe.

También se debe abordar el riesgo de «exportar» problemas medioambientales a otros países. Afortunadamente, hay maneras de combinar la producción de biocarburantes en países en desarrollo con la recuperación de tierras degradadas, y en el informe se recomienda aplicar esas maneras «en relación con los intereses del Reino Unido y de la Unión Europea en el desarrollo internacional».

También se subraya la importancia de la investigación y la innovación en el sector. Las políticas deberían fomentar una investigación que mejore la eficiencia, que disminuya los precios y reduzca los impactos medioambientales, se indica en el informe. Asimismo, las políticas deberán asegurar que se realice investigación en toda la cadena de producción, desde la producción de materias primas hasta la conversión y el uso final.

«Existe el riesgo real de que, sin tal apoyo, no se desarrollen muchas de las tecnologías que podrían lograr los mayores beneficios y que el sector de los biocarburantes quede "atado" a un sistema no totalmente óptimo, tanto en términos de eficiencia como de sostenibilidad», se advierte en el informe.

Los objetivos de investigación que se establecen en el informe son: aumentar el rendimiento por hectárea de materia prima y reducir al mismo tiempo los impactos medioambientales negativos; desarrollar nuevas materias primas que puedan cultivarse en ambientes adversos y puedan ser procesadas más fácilmente; mejorar los métodos de procesamiento; desarrollar biorrefinerías; integrar la cadena de suministro para aumentar la eficiencia; integrar el desarrollo de los biocombustibles con el desarrollo de motores; y acordar métodos para evaluar la sostenibilidad.

Este informe aparece en un momento en el que la UE se enfrenta a críticas por sus políticas sobre los biocombustibles. El 9 de enero de 2008, diecisiete organizaciones no gubernamentales (ONG) activas en el campo del medioambiente y del desarrollo enviaron una carta a la Comisión Europea en la que destacan una serie de lagunas en el borrador de la directiva sobre la promoción del uso de energía procedente de fuentes renovables. Según estas ONG, los cálculos de emisiones de gases de efecto invernadero presentados en el borrador del texto son demasiado simplistas y no toman en consideración el impacto de la producción de biocarburantes sobre los ecosistemas, los derechos humanos y los precios de los alimentos, entre otras cosas.

Respondiendo a esta crítica, el portavoz de la UE para temas de energía, Ferrán Tarradellas Espuny, afirmó que la futura directiva incluiría criterios medioambientales. «La directiva que adoptaremos el 23 de enero incluirá criterios medioambientales muy estrictos que tendrán que ser cumplidos por aquellos biocarburantes que se usarán en el mercado europeo», afirmó, y añadió que entre esos criterios estaría el balance neto del CO2 y la cuestión del daño a las selvas tropicales.

Para obtener más información, consulte:

Royal Society:
http://royalsociety.org/

La carta de las ONG puede descargarse de:
http://www.foeeurope.org/agrofuels/index.html

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